sábado, 19 de septiembre de 2015

LOS DÍAS QUE NOS SEPARAN. Laia Soler. RESEÑA Y FRASES,-Todo tipo de libros para leer.

Datos del libro.

Autor: Laia Soler

Género: Romance, juvenil.


Editorial: Plataforma Neo


Páginas: 414



Sipnosis.


Abril está obsesionada con sus sueños. Desde que se cruzó con ese desconocido en la biblioteca, él se le aparece cada vez que se queda dormida. En su mundo onírico, el chico es Víctor, un burgués de la Barcelona de 1914, y ella... Ella ni siquiera es ella misma, sino Marina, una obrera que vive en el mismo edificio que Víctor.
Mientras la historia de los dos jóvenes del pasado avanza noche tras noche. Abril lucha por mantenerse al margen de las emociones de Marina e intenta descubrir qué significan esos sueños.


Opinión personal.

Este libro lo empece a leer por consejo de una amiga que solo sabia hablarme bien de él, y no se equivocaba. 

Abril es una chica con dos hermanos y su madre, más dos amigos estupendos que salen durante todo el libro ayudándola, Héctor y Marío.
Nuestro otro personaje es Leo el chico que conoce Abril un día en la biblioteca y le cambia todo.

Todo empieza cuando Abril va a la biblioteca en busca del famoso libro infantil Peter Pan, y Leo igual. Cuando se encuentran Leo le cede el libro, pero, ¿hay acaba todo? No, claro que no. A partir de esa noche Abril sueña con él. 

En sus sueños Leo es Víctor, un rico que vive junto a sus dos hermanos, Gabriel, y Carla, y sus padres. Ella, es Marina, una joven obrera que vive junto a sus padres, y sus hermanos, Cisco (el mayor), es el que le va ayudando a lo largo del libro. 

Los sueños de Abril comienzan cuando su hermana pequeña se tropieza con Víctor y este las trata muy mal, ella enfadada y con el recuerdo de la palabra ``tonto´´ que le dedica su hermana se despierta. 
Los sueños se repiten todas o casi todas las noches.

Abril se pregunta los por qué de los sueños y los motivos, y si no se esta volviendo loca, y cuando va a devolver el libro de Peter Pan, le deja una nota citándole para quitarse las dudas. 
El chico acude, pero al final siempre que se ven se dan cartas y se van sin ni un hola, o algún acercamiento. 

Las dos historias son tan diferentes, pero muy emocionante ambas. Es un libro que te engancha y acabas sintiendo las dudas, y los sentimientos que tiene Abril, o Marina. 

A pesar de que cada historia es totalmente diferente a la vez especiales, en un momento del libro las historias empiezan a entrelazarse.

Es un libro que recomiendo y se ha convertido en uno de mis libros favoritos sin duda.



Frases.

Con algo tendré que alimentar a mi niña interior, ¿no? No voy a dejar que se muera de inanición como hiciste tú con el tuyo –le dijo medio en serio medio en broma.

Por querer controlarlo todo, se olvidaba de vivir.

A veces parecía que vivía sobre una nube de algodón de azúcar.

Me da miedo cerrar los ojos. ¿Cuánto rato he dormido en el tren? ¿Dos minutos? ¿Tres? A mí me han parecido días enteros.

Nadie tiene elección. Todos tenemos que jugar en el bando en el que nos ha tocado nacer.

–Tú eliges. Las señales sólo existen y tienen sentido cuando queremos que lo tengan –opina. 

–Supongo que habrá descubierto algo más importante que eso. Algo con una bonita melena, unos ojos dulces y una boca llena de promesas de amor –puntualiza Elvira con un tono algo malicioso.

El viento sopla fuerte y se lleva las palabras que ninguno de los dos se ha atrevido a decir.

–¿Nunca has sentido que vives la vida que otros han elegido para ti?

Lo que necesitaba en aquellos momentos, lo único que quería, era cerrar los ojos y dejarse arrastrar por la corriente envolvente de sus sueños.

Existe una palabra para definir el momento en que fantasía y realidad se mezclan: locura.

Sin embargo, antes de que pueda moverme, Víctor despega los labios de mi frente y susurra:
–Te quiero.

Vayámonos juntos. Lejos, cerca, donde sea. Pero juntos.

No puedes limitarte a ver la vida pasar, conformándote con lo establecido. Tú también tienes derecho a elegir.

–Cada vez que me dices que no me quieres, un hada muere –dice en un tono medio jocoso que hace que me relaje un poco–.

–La vida no es precisamente un camino de pétalos de rosas, Víctor.
–Nadie ha dicho que lo sea. Pero nada irá mejor si nos quedamos parados por miedo a pisar una espina.

–¿Por qué te cuesta tanto decirme que me quieres?
–¡Porque, si lo hago, no habrá vuelta atrás!

Creo que lo suyo fue amor a primera vista, pero deben de ser miopes, porque no se dieron cuenta hasta un año después. 

¿De verdad crees que está enamorado de ti?
–No lo creo –susurro.
–¿Perdona?
–No lo creo –repito, alzando la voz–. Lo sé.

Entrar en el parque ha sido como aterrizar en un mundo mágico. Ha bastado un segundo para que me olvide de todas mis preocupaciones.

sólo deseo volver a dormir para seguir soñando.

Adoro esta sensación de libertad, de estar en la cima del mundo.

–¿Y si dentro de un tiempo te das cuenta de que no soy lo que querías?
–¿Y si dentro de un tiempo la luna se descuelga y nos cae sobre la cabeza?
–Hablo en serio.
–Y yo. Víctor, estoy segura de esto. 

Tengo miedo, pero ninguna duda. Te quiero y seguirá siendo así mientras la luna continúe ahí arriba.

Abril había andado por encima de esa frontera con los ojos vendados, guiada por el eco de unos sueños con sabor a nostalgia, sin darse cuenta de que bajo sus pies siempre había habido suelo firme y que el temor a la demencia no era más que el miedo a aceptar la realidad.

Me llevo conmigo el recuerdo de todos tus besos —o dedales, como diría tu querido Peter Pan— y la esperanza de devolvértelos cuando volvamos a vernos. Si aún los quieres.

Aunque pase una eternidad, seguiré pensando en ti. El tiempo no tiene suficientes días para separarnos.

Todos esos sentimientos siguen aquí, a flor de piel, y no voy a permitir que se marchiten. Sería como dejar que un árbol muera durante el invierno sólo porque es una época difícil.

Sé que aunque no quiera voy a cumplir la promesa que le hice la última vez que nos vimos: lo querré mientras la luna siga colgada ahí arriba. 
Él tenía razón, y ahora lo veo más claro que nunca. El tiempo no tiene suficientes días para separarnos.
Sé que algún día volveremos a estar juntos. En el cielo, en el infierno, en la tierra o en las profundidades del océano. El lugar es lo de menos.

Leo sonrió, inclinando levemente la cabeza para sentir el cálido aliento de Abril sobre su piel. Llevaba esperando ese momento, sin ser consciente de ello, desde que un torpedo alemán lo hundiera en las profundidades del Atlántico.







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