Ángel.

¿Y si los sueños son la única escapatoria? ¿Y si los sueños es la vida real, y la vida real los sueños?
-¿Qué piensas?
-¿Eres tú, de verdad?
-Si, pequeña. -Me dijo con una sonrisa tierna.
-¿Qué haces aquí?
-¿No quieres que este aquí?
-No se responde a una pregunta con otra pregunta. -Le dije. Como cuando seguía vivo, a mi lado. El sonrió.
-Te quiero.
-Yo a ti también.
-Vuelve a enamorarte ángel, por favor.
-No puedo. -Dije. Me temblaba el cuerpo. -Te quiero. -Él se acerco a mi.

-No puedes dejarme. -Dije llorando.
-Lo siento ángel.

<<Lo siento, lo siento, lo siento...>>

-Quiero verte mañana. Puedes meterte en mis sueños.
-Va en contra de las normas.
-Nunca te han importado las normas. -Le dije con frialdad.
-Lo siento. -Me fui alejando poco a poco de él. <<Quiero despertar>> me dije a mi misma. <<Despierta>> el pecho me dolía otra vez como cuando sentí su perdida. Cuando sentí que una parte de mi desaparecia dejando un hueco inrremplazable. -No te vayas. -Me dijo con tono de súplica.

<<Ángel, ángel, ángel...>>

Su mano fue desapareciendo. Quise recordar cada fragmento de su cara, de su tacto, de su voz. <<Te quiero>> <<Lo siento>>.

Entonces desperté.